En los últimos años hemos podido observar el proceso de transformación de la educación, que ha ido evolucionando hasta procurar la inclusión, como derecho fundamental de la persona a no ser excluida de ningún ámbito de la vida. Naciones Unidas deja patente la necesidad de “garantizar una educación inclusiva y equitativa de calidad y promover oportunidades de aprendizaje permanente para todos”
Las TIC y las personas con diversidad funcional
Las nuevas tecnologías se han convertido en aliadas imprescindibles para la mejora y normalización de la vida de las personas con discapacidad. Sin embargo cuando existe algún tipo de brecha digital la desigualdad se hace más evidente.
La brecha digital va más allá de la conectividad, plantea otros aspectos como la infraestructura, niveles de acceso al ancho de banda o las capacidades de las personas para hacer uso de los dispositivos.
Si bien el acceso a internet es el primer paso para garantizar la igualdad de oportunidades, la brecha digital y el principio de Accesibilidad Universal van más allá de la mera conectividad. Plantea otros aspectos técnicos, económicos y sociales: infraestructura adecuada, niveles de ancho de banda, adaptabilidad y usabilidad de los dispositivos o las capacidades de las personas para hacer uso de los mismos..
Según el informe sobre Tecnología y discapacidad de la fundación Adeco en España "Casi la mitad de las personas con discapacidad declara encontrar barreras. Concretamente, un 42% declara que le parece “muy complejo y avanzado su uso”, seguido de un 32% que encuentra problemas de accesibilidad, al no poder manejar ciertos dispositivos debido a incompatibilidades derivadas de su discapacidad. Por su parte, un 20,6% no confía en lo digital y “tiene miedo” a ser engañado y/o víctima de algún fraude, mientras que un 15,9% afirma carecer de recursos económicos para comprar y adquirir nuevas tecnologías".
Una mirada al panorama mundial
En la actual era digital y pese a los esfuerzos de gobiernos y organizaciones a nivel mundial, varios informes relativos a la distribución de las TIC (Unesco, 2013a y 2013b) indican una desigualdad significativa, marcada sobre todo por los diferentes niveles de desarrollo social y económico. ,
Los cambios a los que nos hemos visto sometidos en el último año, debidos en gran parte a la pandemia de Covid-19 y las medidas que se han implantado para normalizar las actividades de enseñanza han hecho que esta desigualdad sea cada vez más evidente.
La Unesco en su documento "Seis meses de crisis: reflexiones sobre los esfuerzos internacionales para aprovechar la tecnología para mantener la continuidad del aprendizaje " abre un debate interesante sobre los derechos humanos y la inclusión y señala
"Las estrategias de aprendizaje a distancia dependientes de la tecnología permitieron la continuidad del aprendizaje para los alumnos, pero lamentablemente una gran mayoría de estudiantes se quedo atrás por razones económicas y sociales".
Un ejemplo de ello fue kenia Kenia que decidió no implementar la educación a distancia formal y obligatoria porque muy pocos estudiantes podrían acceder a estas oportunidades debido a barreras humanas y técnicas.
Sí el derecho a la educación depende de la Conectividad y las Tecnologías de la Información y de la comunicación (TIC) ¿la conectividad y las TIC no deberían ser también deben ser un derecho?
La conectividad y las TIC son fundamentales para la democratización del conocimiento y constituyen un elemento indispensable de cara a las proyecciones de desarrollo social de los países, de los grupos sociales y de los individuos. Por esta razón miles de organizaciones y personas en todo el mundo dedican numerosos esfuerzos para reducir la brecha digital en el sector educativo y favorecer la inclusión socio educativa y las posibilidades de mejorar la vida y el futuro de millones de estudiantes vulnerables.
Una mirada al panorama catalán
En Cataluña, la desigualdad reside tanto entre los «conectados» y los «no conectados», como en los que son capaces de usar eficientemente la tecnología digital para generar y compartir conocimiento y los que no, así como en la capacidad para participar en una sociedad digitalizada de manera responsable y crítica.
Diversos estudios, como La encuesta sobre la brecha digital en Barcelona (2020), que señala que un 8,1 % de la población de la ciudad de Barcelona no tiene acceso a internet,
En Cataluña la problemática no se centra solamente en el acceso a las infraestructuras, sino también en la carencia formativa que impide el uso adecuado de los recursos (Fundación Orange, 2014).
La conectividad y las TIC son fundamentales para la democratización del conocimiento y constituyen un elemento indispensable de cara a las proyecciones de desarrollo social de los países, de los grupos sociales y de los individuos. Por esta razón miles de organizaciones y personas en todo el mundo dedican numerosos esfuerzos para reducir la brecha digital en el sector educativo y favorecer la inclusión socio educativa y las posibilidades de mejorar la vida y el futuro de millones de estudiantes vulnerables.
En el siguiente post te mostraremos y iniciativas y proyectos que de diferentes organizaciones y personas que luchan por reducir la brecha digital y favorecer la inclusión de Cataluña y del diferentes países del mundo.
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